“ … aparecía la sospecha acerca de la “humanidad” de ese otro sordo: ¿Será que esa forma de comunicarse constituye una lengua? ¿Será que ese modo de agruparse configura una comunidad? ¿Será que esas expresiones pueden recibir el nombre de cultura? ¿Será que esa inteligencia le permitirá acceder al pensamiento abstracto? Bajo el mandato cienticista de esas preguntas lo que quedaba explícito era una duda acerca de si los sordos son como “nosotros”, o al menos “equivalentes” a nosotros. El pensamiento de la diferencia era insoportable. Y lo es todavía. … ” Carlos Skliar (2007c:11).
“…Hay evidencias de que la lengua de señas es una lengua muy distinta al español, no se puede comparar la LS con una lengua hablada, no se puede comparar, no se puede mezclar una lengua con la otra, es como si se hablara español con palabras del inglés o con palabras del japonés. La lengua de señas no se puede incorporar al español, son dos cosas totalmente diferentes…”